
La COVID-19 ha exacerbado los riesgos asociados con una ola de acumulación de deuda a nivel mundial que ha durado una década. El Banco Mundial prevé que la actividad económica mundial aumentará un 4 % en 2021.
En Oriente Medio y Norte de África se prevé que la actividad económica regional aumente un 2,1 % este año. La mayoría de las economías de la región han anunciado paquetes de estímulo fiscal que incluyen un mayor gasto en redes de salud y seguridad social, reducciones y aplazamientos de pago de impuestos, y préstamos y garantías a empresas. Los ajustes de la política monetaria también han contribuido a amortiguar el impacto económico de la pandemia, con recortes de tipos de interés medios de más de 125 puntos básicos.
Entre los exportadores de petróleo, se espera que el crecimiento se recupere al 1.8% este año. En Arabia Saudita, la actividad se verá respaldada por la reanudación de los proyectos de inversión de capital público pospuestos durante la pandemia y una recuperación de la demanda tras la fuerte subida del impuesto al valor agregado.
En la República Árabe de Egipto, se espera que el crecimiento se desacelere al 2,7% en el año fiscal 2020/2021, en medio de un colapso en el turismo, las industrias de extracción de gas y una desaceleración en otros sectores clave como la manufactura, no obstante, las oportunidades son numerosas dados los proyectos que hay, especialmente en infraestructuras.